El documento fue suscrito por el rector de la Universidad de O´Higgins, Rafael Correa, y el alcalde Marco Marín.  

La comuna de Lolol, perteneciente a la Provincia de Colchagua, es reconocida por su amplio patrimonio cultural material e inmaterial, con una población mayoritariamente rural. A pesar de su tradición, es un territorio alejado de los centros urbanos, lo que limita el acceso de sus habitantes a una mejor oferta artística.  Por ello, para su municipio la firma del convenio de colaboración con la Universidad de O’Higgins significa una gran oportunidad para difundir y compartir cultura.

El documento fue suscrito por el rector de la casa de estudios, Rafael Correa; y el acalde de Lolol, Marco Marín. Al concretar el acuerdo, el edil destacó que “esta alianza abre un camino auspicioso de trabajo conjunto entre nuestro municipio y la Universidad de O’Higgins, casa de estudios que cumple un rol tan importante en la región”.

Marín apuesta a potenciar la programación cultural del Centro Cultural y Cívico de la comuna, uno de los principales puntos de reunión para la comunidad lololina. “Queremos fortalecer la gestión artística y cultural no sólo en la comuna sino también en el ámbito regional, y en ese desafío este acuerdo de colaboración contribuirá de manera significativa”.

La Directora de Extensión de la Universidad de O’Higgins, Clemencia González, destacó la importancia de estrechar los lazos, no sólo con Lolol, sino también con la Provincia de Colchagua: “Este convenio de colaboración representa un esfuerzo por descentralizar y ampliar nuestra presencia en la región en el área artística y cultural”.

Clemencia González añadió que “la Ilustre Municipalidad de Lolol, a través de su Centro Cultural y Cívico, representa para la región un polo de desarrollo en estas áreas, lo que permitirá realizar relevantes actividades de difusión cultural y de desarrollo institucional que pongan en valor las expresiones, culturas y tradiciones locales”.

Lolol: historia viva

Recorrer la comuna de Lolol es revivir parte importante de la historia de Chile. Sus primeros capítulos se escribieron en la Colonia, cuando se crean las primeras estancias del valle, época en la que las tierras de Colchagua eran codiciadas por su clima que facilitaban la agricultura y la ganadería.

Una vez alcanzada la Independencia, algunas de las familias más tradicionales del país construyen casonas en el territorio, muchas de las cuales hoy forman parte de su oferta turística.

Debido a la conservación de su arquitectura colonial y la preservación de sus tradiciones en 2003 la comuna fue declarada Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica y Pintoresca de Chile.