Por medio de una herramienta aplicable e innovadora como es la propagación de tejidos vegetales in vitro, el proyecto colaborativo entre la UMAG y la facilitadoras del Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI), busca entregar materia prima vegetal sostenible y de calidad para el quehacer de la medicina complementaria en el sistema de salud primaria de Punta Arenas. De paso también, difundir las potencialidades en su uso y preservar la biodiversidad existente.
En el laboratorio de Biotecnología Vegetal de la Universidad de Magallanes, se está desarrollando un proyecto inédito a nivel regional y que se propone favorecer dos objetivos simultáneos: la salud humana y la biodiversidad vegetal existente en Magallanes. Se trata de la iniciativa FIC-R financiada por el Gobierno Regional denominada “Cultivando Salud, del laboratorio al campo”, cuyo eje central une a la casa de estudios regional y las “lawentuchefes” o facilitadoras interculturales asociadas al PESPI a nivel local, en el mejoramiento del cultivo y producción de diferentes especies de plantas medicinales a objeto de favorecer el servicio brindado por estas mujeres en cada uno de los Cesfam de la comuna.
Así lo dio a conocer la profesional encargada del proyecto y académica de la carrera de Agronomía UMAG, Dra. Valeria Latorre Reyes, quien, recientemente, lideró un taller en el Instituto de la Patagonia con las diez facilitadoras PESPI de Punta Arenas y profesionales del GORE como parte de los avances del proyecto, a fin de ir sentando modos de trabajo colaborativos en el área y, en paralelo, brindar nuevos conocimientos del mundo vegetal que puedan servir para orientar el trabajo con las plantas medicinales, ya sea en el contexto de sus preparaciones o en los procesos de cultivo y cuidado de estas especies post laboratorio.
Al respecto, la investigadora explicó que “nosotros hacemos el trabajo del cultivo “in vitro” que consiste en que el corte de cualquier porción de la planta madre o la planta donante, lo colocamos en un medio de cultivo sintético que tiene los macro y micro nutrientes para que la planta se desarrolle completamente y una vez que se desarrolla en laboratorio, la multiplicamos y después la sacamos a invernadero para luego irse a campo”. A su juicio, esta técnica permite entregar materia prima vegetal sostenible y de calidad, al mismo tiempo contribuye a preservar la biodiversidad existente.
De esta forma, sostuvo que la idea del proyecto es abastecer a las integrantes del PESPI con las especies que ellas utilizan con mayor frecuencia y cantidad. “Nosotros facilitamos ese material para que ellas puedan luego, en su espacio de huerto o de invernadero, trabajarlo con la asesoría de un agrónomo. Entonces así, después puedan obtener de manera propia sus insumos para las preparaciones que utilizan en los distintos Cesfam”, puntualizó, agregando que también tienen a disposición, en las instalaciones del laboratorio, un deshidratador de plantas que pueden utilizar cada vez que lo requieran.
Para la lawentuchefe Carmen Inaicheo, facilitadora de la medicina mapuche en el Cesfam 18 de Septiembre, la instancia de trabajo conjunto con la UMAG no sólo es valiosa para fortalecer su aprendizaje, sino también para conocer nuevas técnicas. “Para nosotras es relevante e importante y también que tengamos el conocimiento de otras cosas como son los químicos. La verdad, es todo un intercambio de sabidurías”, manifestó.
En el contexto del PESPI, la función de las lawentuchefes es pesquisar a la población usuaria de medicina indígena, promover el uso complementario entre la medicina formal que otorga el CESFAM y la medicina indígena y prescribir el uso de la medicina basada en yerbas, adecuado a las particularidades y diagnósticos de cada persona. En mapudungun lawentuchefe significa “conocedor de las propiedades de las hierbas medicinales”.
Fuente: https://www.uestatales.cl/cue/?q=node/9327