Encuesta aplicada por el Observatorio de Educación de la Universidad de Antofagasta a docentes de la región mostró detalles desconocidos sobre esta importante labor y quiénes la ejercen.
Romina Carrasco Ramírez tiene 35 años y estudió pedagogía siguiendo el ejemplo de sus padres, ambos profesores de la Novena Región. “Crecí viendo a mi mamá revisar pruebas hasta muy tarde y a mi papá quejándose por la alergia que le provocaba la tiza del pizarrón, porque él es muy alérgico y sufría bastante cuando hacía clases”, comenta la joven, radicada hace unos años en Antofagasta.
La profesional explica que, en su caso, fue este ejemplo vocacional el que la llevó al mundo de la docencia, donde se mantiene actualmente, pese a una serie de altibajos. “Ellos son muy esforzados y siempre me decían que la profesión era bonita, que no se gana mucho, pero se disfruta, porque educar es sembrar para el futuro y no puede haber nada más importante”, agrega.
En su relato, la educadora resume varias de las conclusiones arrojadas por el estudio “La calidad educativa en Chile, radiografía a los docentes de la Región de Antofagasta”, elaborado por el Observatorio de Educación para la Innovación, de la Universidad de Antofagasta.
El trabajo encuestó a 711 docentes de 22 establecimientos educativos de Antofagasta, Tocopilla y Calama, para conocer aspectos sociales, profesionales, laborales y vocacionales, construyendo así la más completa mirada realizada hasta ahora a este gremio en la región.
RESULTADOS
El estudio parte detallando que, como Romina, el 66% de los profesores de la región son de sexo femenino, y los principales rangos de edades son 29 a 34 años (23,7%), 22 a 28 años (15,9%) y 35 a 39 años (15%), siendo el promedio de edad de los docentes los 42,9 años.
Asimismo, se detalla que el 43,5% de los profesores son casados, el 36,2% es soltero y el 12,4% se declara “soltero con pareja de hecho”, con una media de hijos por docente de 1,53, cifra que es más alta que el promedio general de las parejas chilenas.
En cuanto al título, la encuesta reveló que el 27,1% es profesor general de educación básica, el 7,2% profesor de inglés, el 6,8% de educación física, el 6% de lenguaje y el 4,3% de matemáticas.
En el otro extremo, los más escasos en el sistema son los profesores de física, química y artes plásticas, con 0,3%, 0,4% y 0,9%, respectivamente.
En el ítem ingresos, la encuesta mostró que el sueldo promedio de los profesores de la región bordea los 900.000 pesos mensuales, mientras que el ingreso familiar promedio del hogar, sumando a todos los aportantes, asciende a 1.374.000 pesos.
Debe precisarse que en la Región de Antofagasta, el ingreso promedio de las familias es de 1.456.620 pesos, según el INE, lo que sitúa a los profesores en una condición de desventaja frente al grueso de los habitantes.
Al respecto, la encuesta del Observatorio añade que el 13,6% de los profesores de la región realiza otras actividades, distintas a la docencia, para generar recursos, principalmente labores comerciales o servicios que complementan la renta.
TIEMPO LIBRE
“Yo diría que lo más complicado de ser profesor es tener tiempo para todo, porque uno además de docente es mamá y pareja, y como la pega es demandante, cuesta compatibilizar”, explica Romina Carrasco, adelantando otra de las conclusiones de la investigación: el escaso tiempo libre.
La encuesta del Observatorio mostró que los profesores dedican 4 horas semanales a preparar material didáctico para sus clases, 3 horas y media a la elaboración y corrección de pruebas y evaluaciones, casi 3,6 horas a planificar clases, y 3 horas y 12 minutos a otras actividades. Es decir, en promedio, cada profesor de la región ocupa 14,3 horas semanales en actividades no remuneradas relacionadas con su labor.
Esta gran demanda de tiempo extraordinario es identificada en el estudio como uno de los factores que más impacta en la vida privada de los docentes y limita sus posibilidades de perfeccionamiento.
“Claro que cuesta hacer todas las cosas, entre la revisión de pruebas, atender a los apoderados y preparar contenidos se va gran parte del tiempo y eso te puede afectar. En mi caso tengo un hijo pequeño y mi esposo ayuda bastante, pero no deja de ser un tema”, agregó Carrasco.
VOCACIÓN
Francisca Barraza Gertosio tiene 30 años y también es profesora, pero de Educación Física, y su interés por la docencia surgió de lo que podría llamarse un ejercicio “pragmático”.
“Siempre me ha gustado la parte social y de chica me atraía el tema de enseñar, pero por otro lado me gustaban los deportes y la vida al aire libre, así que ambas pasiones las uní en mi carrera”, comenta la docente, quien trabaja en la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Antofagasta.
Un objetivo central del estudio realizado por el Observatorio de Educación fue conocer la percepción que tienen los profesores sobre la labor que realizan, aspecto con el cual Francisca se declara conforme.
“Aportar a la formación de los niños es algo que me llena, porque estás trabajando con personas. La mayoría de mis alumnos están en condición de vulnerabilidad social, entonces me parece tremendamente importante lo que hacemos con ellos”, narró la docente.
En este punto, la investigación arroja que el 30% de los profesores de la región considera que su experiencia docente ha sido “mucho mejor de lo que esperaba”, el 29,9% dice que ha sido “algo mejor” y el 30% la encuentra “similar o igual” a lo que esperaban. Por otro lado, sólo el 8,7% de los encuestados declara que la experiencia ha sido “algo peor” y solo un 1,6% cree que ha sido “mucho peor” de lo que esperaban.
En cuanto a las razones que motivaron a los docentes de la región a estudiar carreras de pedagogía, el 73,2% mencionó la vocación que siente por enseñar, el 56,5%, expresó que le agrada trabajar con niños y jóvenes, y el 45,8% eligió estudiar pedagogía “por el aporte que un profesor realiza a la sociedad”.
“Yo creo que la vocación se va desarrollando a medida que te insertas en un contexto escolar, puede que guste o te atraiga algo, pero hacer de eso tu opción de vida es distinto. En mi caso fue un proceso que lo ligo mucho a la parte social y a mi deseo de aportar a los niños, incidir en ellos, motivarlos y guiarlos para que salgan adelante”, explicó Francisca.
Cabe precisar que la razón menos mencionada por los docentes para haber elegido una pedagogía tiene que ver con los puntajes obtenidos en las pruebas de admisión al sistema universitario.
DECANO
El decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antofagasta, Dr. Pablo Camus, explicó que la investigación, cuyos resultados son detallados en un libro de 100 páginas, muestra varios de los obstáculos y desafíos que enfrenta el profesorado de la región, por ejemplo, la necesidad de ajustar las cargas laborales, mejorar ingresos y retribuir el tiempo que los profesores destinan actividades que forman parte de la labor docente, pero que actualmente no son considerados como tales.
“Pensemos en profesores que tienen jornadas de 44 horas semanales, pero pasan otras 15 horas preparando clases, atendiendo apoderados o revisando pruebas. Eso tenemos que corregirlo, porque los afecta mucho, le resta tiempo a sus familias y en lo académico los limita para poder perfeccionarse”, manifestó el decano.
Pablo Camus hizo notar, sin embargo, que pese a todas las complejidades de la profesión, el componente vocacional es muy fuerte, y prueba de ello es que la mayoría de los docentes llegó a la carrera atraído por el interés de educar, y tras años de labor mantiene una positiva percepción de la labor docente.
“Este estudio nos está diciendo muchas cosas, pero una de las más importantes para mí es que los profesores de la región están comprometidos con su labor, y lo que tenemos que hacer ahora, y a eso queremos que aporte este estudio, es generar políticas que los incentiven cada vez más a mantenerse en la profesión”, concluyó el decano de la UA.
Esta investigación fue desarrollada gracias al financiamiento del Gobierno Regional a través de un proyecto FIC-R y se puede descargar en el link https://bit.ly/radiografia_docente.
Fuente: https://www.uestatales.cl/cue/?q=node/9376