Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política del Instituto de Asuntos Públicos y Octavio Avendaño, académico de la Facultad de Ciencias Sociales, destacan que la configuración de la Convención Constitucional permitirá redactar una nueva Carta Magna con perspectiva de género. Valoran, además, el hecho como un logro de la agenda feminista y sostienen que, a pesar de que el mecanismo benefició «paradojalmente» a los varones, se cumplió casi a la perfección el 50 y 50 por ciento de representatividad entre hombres y mujeres.
Tras las elecciones de este 15 y 16 de mayo, se dio un primer gran paso para la elaboración de la primera Constitución paritaria en el mundo. Los resultados marcan un antes y un después para Chile, que ve además cómo la conformación de la Convención Constitucional abre el camino a la redacción de una nueva Carta Magna con perspectiva de género.
Los 155 representantes que integrarán la Convención Constitucional serán en un 51 por ciento mujeres y en un 49 por ciento de hombres. En total, la instancia quedó compuesta por 78 hombres y 77 mujeres. En este proceso, la ley de paridad se aplicó en 17 casos, de los cuales 13 corresponden a escaños elegidos en 28 distritos, ingresando 8 hombres y 5 mujeres. En el caso de los pueblos originarios, en tanto, dicho mecanismo favoreció a cuatro candidatos masculinos.
Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, hizo un balance positivo, y aseguró que la paridad que se dio es casi perfecta. «Se estimaba que la máxima diferencia que podía haber entre hombres y mujeres con este mecanismo era entre un 55 y 45 por ciento, pero fue casi perfecto, 50 y 50, hubo una persona de diferencia, así que el objetivo de que sea una convención equilibrada se cumplió», afirmó.
Heiss también señaló que «si no existiera el mecanismo que forzara la integración paritaria al órgano constitucional y que no fuera solamente igual cantidad de candidaturas, eso no habría ocurrido, no habríamos tenido candidatas tan buenas, atractivas, con financiamiento, con apoyo de sus partidos, grupos sociales o listas. Es el mecanismo de integración paritaria el que hizo que existan candidatas tan competitivas, incluso más competitivas que los hombres», dijo.
Agenda feminista
El proceso que permitió la implementación de esta elección paritaria se trata de un hito que quedará escrito en la historia, pues refleja el avance en derechos de las mujeres, y tiene como consecuencia la creación de una nueva Constitución que integre visiones y opiniones femeninas.
En este contexto, Heiss enfatiza que «las mujeres no fueron electas en virtud de su representación de la agenda feminista. La representación descriptiva que se busca conseguir con la paridad de género es dar una señal al sistema político de que no se está excluyendo a las mujeres, como ha sucedido en el pasado en Chile y en el mundo. Pero eso no significa que las mismas mujeres tengan la misma opinión sobre diversos temas de género. Sin embargo, es probable que esta representación descriptiva vaya a generar mucha más orientación a una agenda mucho más cercana, feminista, de lo que hemos tenido nunca en un órgano de representación política«.
Por su parte, Octavio Avendaño, académico del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile, complementa que inicialmente la idea fue equiparar el nivel de mujeres y hombres en la representación, pero la ley permitió darle «paradojalmente», un par de cupos a hombres, viéndose favorecidos por la ley de paridad. «De todas maneras, encuentro positivo que se incluya a ambos géneros», sostiene el también doctor en Ciencias Políticas.
Desde otra vereda, Alejandra Araya, historiadora y directora del Archivo Central Andrés Bello, se refirió en el medio de comunicación Pousta.com sobre las esperanzas que trae la Convención Constitucional en la sociedad.
«Creo que los movimientos más recientes de la llamada cuarta ola feminista inciden en ese cambio de percepción. Esto porque surgen una serie de liderazgos de esta nueva generación de mujeres, maneras diferentes de ejercer ese poder sin temor al espacio público y la ciudadanía también lo percibe. No se trata de simplemente llenar cupos con mujeres, sino que son mujeres que tienen un liderazgo, una convicción y un compromiso importante y diverso, que va desde la tía Pikachu, la machi Francisca Linconao, hasta la abogada de ABOFEM, Bárbara Sepúlveda Hales. Es importante destacar que existe un espectro amplio de candidatas que tienen diferenciaciones de clase, educativas y territoriales, pero que están ahí», expresó.
Entre las demandas feministas que se espera que aborden en la nueva Carta Magna está una nueva ley de migración con enfoque de derechos y género, la despenalización social del aborto, el fin a la violencia política, sexual y económica hacia mujeres y disidencias sexuales, trabajo digno, estable y seguro para todos y todas, entre otras más que han estado presentes en las manifestaciones en las calles de nuestro país.
Camila Jara
Prensa UChile