Pablo Barberis, docente de FEN UChile, advierte sobre el impacto que tendría un alza arancelaria del 10% en las exportaciones chilenas hacia Estados Unidos, afectando gravemente al rubro hortofrutícola y poniendo en riesgo la empleabilidad del sector.
La reciente declaración de Donald Trump sobre la posible imposición de un arancel general del 10% a todas las importaciones hacia Estados Unidos ha generado preocupación a nivel global. Y para Chile, uno de los países con mayores lazos comerciales con EE.UU., el impacto sería significativo, especialmente en el sector exportador de frutas, advierte Pablo Barberis, docente de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile y académico de Unegocios.
Hoy día Chile exporta más del 35% de toda la fruta del mundo a Estados Unidos. Por lo tanto, es un sector productivo en nuestro país que se vería gravemente afectado por este aumento del 10%.
El economista sostiene que esta medida afectaría directamente al consumo estadounidense. «Los productos estarían más caros que antes, lo que implicaría una menor demanda por parte del consumidor norteamericano. Eso se traduce en una baja en las exportaciones, una reducción en la producción nacional y, eventualmente, un impacto negativo en la imagen de los productos chilenos», explicó.

Pablo Barberis, docente de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile y académico de Unegocios.
Barberis agrega que este escenario podría derivar en una posible crisis para la industria frutícola chilena, intensificando los problemas de empleabilidad en el rubro.
El cobre
El académico advierte sobre un potencial nuevo foco de conflicto: el cobre. «Chile exporta en promedio un 11% de su cobre a Estados Unidos. Si bien aún no hay un anuncio formal sobre un arancel para este metal, Trump lo ha mencionado en varias oportunidades». En caso de concretarse, el impacto sería menor, ya que el cobre chileno tiene una demanda diversificada a nivel global, lo que podría amortiguar los efectos, señaló.
La posibilidad de una guerra comercial renovada entre Estados Unidos y sus socios exportadores preocupa a los mercados internacionales y posiciona nuevamente la vulnerabilidad de economías como la chilena frente a decisiones unilaterales tomadas por grandes potencias.