Este balance, que analiza la pandemia desde su llegada a Chile, destaca la actual cobertura de vacunación con esquema completo, que alcanza a un 66 por ciento de la población total del país, cifra solo superada por países como Islandia. Por otro lado, se evidencian los importantes avances en testeo y el trabajo de los más de 175 laboratorios a lo largo del país, mostrando la tasa total de pruebas más alta de América Latina, similar a la de países como Alemania, Suiza o Canadá. La estrategia integrada de administración de camas críticas a nivel nacional, en tanto, permitió el traslado de pacientes entre regiones en casos de necesidad, y una integración de los sistemas público y privado, una medida excepcional y que nunca antes se había implementado en el pasado sanitario chileno.
ICOVID Chile, iniciativa liderada por la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Concepción, presentó este martes 31 de agosto un informe especial, con un completo análisis de los datos de la pandemia, abordando la trayectoria e identificando los principales hitos del manejo y despliegue frente a ella. Todo esto, con información proporcionada a través de un convenio con el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
En lo que respecta a la Dinámica de Contagios, el balance describe que el primer brote en el país, desde marzo de 2020, afectó fundamentalmente a la Región Metropolitana, llegando a una tasa diaria de inicio de síntomas (mediana de 7 días) de 53 casos nuevos por 100.000 habitantes a fines de mayo de 2020, mientras que en el resto de Chile era inferior a 10. En ese momento, “el impacto máximo en contagios ocurrió en adultos jóvenes entre 20-40 años, mientras que la mayor gravedad se observó en mayores de 65 años y la mínima en niños menores de cinco años”, detalla el reporte.
Asimismo, las segundas alzas regionales se suceden asincrónicas de sur a norte desde septiembre de 2020 en adelante, observándose las tasas más altas a fines de dicho mes en la Región de Magallanes (R efectivo de 1,1 y carga mediana de 110 casos nuevos cada 100.000 habitantes. “En general, el norte mostró endemias más bajas entre primeros y segundos brotes y mayor distancia entre ellos”, señala el equipo de ICOVID.
Durante los meses de abril y junio de 2021, la Región Metropolitana volvió a ser foco de atención, experimentando su mayor brote epidémico del año, marcado por dos peaks consecutivos. Este momento crítico, señalan los y las especialistas, «posiblemente refleja un conjunto de factores, tales como el retorno de los veraneantes, agotamiento pandémico, el reinicio de las actividades a nivel nacional, y muy importantemente, el efecto del ingreso a nuestro país de una variante más transmisible llamada Gamma (o P1), descubierta en Brasil».
De igual forma, destacan que en este período aumentó significativamente la proporción de pacientes menores de 55 años con COVID-19 grave, quienes en algunos momentos representaron la mayor proporción de hospitalizados por COVID-19. «Este cambio en la edad de hospitalizados se asocia con la presencia de un gran volumen de contagiados jóvenes y un programa de vacunación masiva que comenzó a proteger a la población de mayor edad. Este programa se inició en febrero de 2021 en los mayores de 90 años y llegó a los mayores de 60 años en marzo de 2021», indican.
Testeo y trazabilidad
En materia de testeo, los valores más altos en positividad a nivel nacional fueron entre mayo y junio de 2020, con valores superiores al 30 por ciento, «lo que se condice con el primer peak de contagios a nivel nacional y donde existía un menor número de test por cada mil habitantes que en las etapas posteriores a la pandemia», se lee en el reporte. Además, destacan que la evolución en la positividad se vio fuertemente influenciada por los valores de la Región Metropolitana, que desde mediados de abril a fines de julio de 2020 mostró valores sobre el 10 por ciento, alcanzando un peak de 49 por ciento a finales de mayo. “Desde la última semana de julio, los valores de positividad son los menores registrados durante toda la pandemia, con valores menores a 3 por ciento a nivel nacional”, explican.
La Región de Magallanes, en un extremo territorial, ha tenido durante la mayor parte de la pandemia valores de positividad superiores al 10 por ciento, alcanzando un peak por sobre el 40 por ciento al inicio de la pandemia, cuando el número de test por cada mil habitantes era menor. Destacan cuatro peaks de positividad en ella, todos con valores a la baja (40, 31, 16 y 11 por ciento).
La capacidad para procesar test PCR, en tanto, aumentó progresivamente desde unos pocos cientos de pruebas diarias en algunos pocos laboratorios hasta un máximo de casi 80 mil pruebas informadas diariamente en marzo de 2021. “Han sido realizadas en más de 175 laboratorios a lo largo del país, mostrando la tasa total de pruebas más alta de América Latina y similar al de países como Alemania, Suiza o Canadá, en el contexto OECD. Este esfuerzo notable ha sido en parte coordinado por el Ministerio de Ciencia para testear en laboratorios públicos y privados, incluyendo la colaboración significativa de universidades chilenas”, detallan en el reporte.
En materia de trazabilidad, la consulta temprana, indicador que revela la proporción de personas que consultan y son notificadas como sospechosas antes de 48 horas de iniciados sus síntomas, mostró -a nivel nacional, entre abril de 2020 y agosto de 2021- una mejora desde 35 a 55 por ciento de cumplimiento, observando su mejor logro en diciembre de 2020 (60 por ciento). A nivel local, “solo cuatro regiones han logrado cifras mayores a 60 por ciento en el transcurso de la pandemia.» Según los y las expertas, la vacunación masiva pudo haber contribuido a disminuir la percepción de riesgo, por lo cual el logro de este indicador podría verse estancado en 2021.
El tiempo de examen y laboratorio, indicador que mide el porcentaje de pruebas de laboratorio que fueron informadas al Ministerio de Salud en un día o menos desde la notificación de sospecha, mejoró significativamente desde abril de 2020 a agosto de 2021, elevándose desde 27 a 83 por ciento a nivel nacional. Localmente, destacan Biobío y Maule con más de un 90 por ciento de logro. El reporte enfatiza que las buenas cifras responden a varios factores, como «el número de laboratorios funcionantes, introducción de tecnología para analizar gran cantidad de muestras simultáneas de PCR COVID-19, PCR pool testing y el aumento de cobertura de utilización de tests más rápidos como el de antígeno», detallan.
Respecto a la confirmación temprana de casos, que une los indicadores anteriores y se refiere a la proporción de personas (sintomáticas y sospechosas) cuyo resultado de test es informado a la autoridad sanitaria dentro de tres días desde el inicio de síntomas, luego de que en agosto de 2020 este indicador alcanzara el 40 por ciento de cobertura, se produjo una disminución importante, que alcanzó su punto más bajo en coincidencia temporal con las Fiestas Patrias. Desde agosto de 2021, el indicador bordea el 55 por ciento y ha mostrado una lenta aunque sostenida tendencia al alza desde fines de marzo de 2021, fundamentalmente “impulsada por la mejoría en su componente de tiempos de testeo y laboratorio”, se lee en el reporte.
Capacidad hospitalaria, vacunación y mortalidad
En materia de capacidad hospitalaria, el uso de camas UCI por cualquier patología se ha mantenido la mayor parte del tiempo en color rojo (superior a 85 por ciento), salvo por un período inicial hasta mediados de mayo de 2020 en verde (inferior al 75 por ciento), “producto de la temprana habilitación de nuevas camas, y algunos períodos en amarillo y naranjo entre fines de julio y comienzos de noviembre de 2020 (rangos entre 75 y 85 por ciento)”, dice el reporte. El indicador de ocupación de camas UCI alcanzó un valor máximo nacional de 92 por ciento el 23 de junio durante la primera ola, a mediados de junio de 2020.
Los dos momentos más críticos de la pandemia tuvieron lugar, primero, entre fines de marzo y abril de 2021, con valores mayores al 95 por ciento a nivel nacional y, luego, precedido de un muy ligero descenso, desde finales de mayo hasta fines de junio de 2021, con una ocupación máxima nacional de un 97 por ciento en varios días de junio de 2021.
En cuanto a la ocupación de camas UCI por paciente con COVID-19, el punto máximo llegó el 14 de abril de 2021, con un 77 por ciento (3.116 camas ocupadas). Tras un nuevo peak el 14 de junio de 2021, con 73 por ciento de ocupación, el indicador ha mantenido una permanente disminución, llegando a cifras de 32 por ciento en la semana del 9 de agosto de este año.
Al desglosar la ocupación hospitalaria por edades, destaca un período crítico entre los meses de marzo y mayo de este 2021, afectado por diversos factores, tales como un gran volumen de contagiados y una gran movilidad poblacional (asociada a fiestas de fin de año, vacaciones, agotamiento pandémico, regreso al trabajo presencial), lo que afectó especialmente a jóvenes y personas en edad laboral.
Mientras, por otro lado, una progresiva inmunización de la población, iniciando por los mayores hasta los más jóvenes, etapa en que se generó un importante aumento de hospitalización UCI de personas entre 50-70 años y un aumento explosivo se registró en los menores de 50 años. “Al observar las proporciones, evidenciamos que los menores de 50 años llegaron a ser un 40%, mientras que la participación relativa de los mayores de 50 años fue decreciendo”, detalla el reporte.
El informe indica además que el proceso de vacunación del grupo sobre 70 años se inició el 2 de febrero de 2021, con un alto nivel de aceptación en la población. «El 2 de marzo de 2021, aproximadamente el 80 por ciento de este grupo tenía al menos una dosis, y el 1 abril tendría las dos dosis. Este fue el grupo que se inmunizó más rápido en la campaña de vacunación, caracterizada por un calendario de inoculación simple de entender y amplia disponibilidad de vacunas en el territorio», detallan.
Asimismo, se destaca que en agosto de 2021 la cobertura de vacunación con esquema completo alcanza a un 66 por ciento de la población total del país, solo superada por Islandia en el contexto mundial, mientras que todas las regiones del país superan el 58 por ciento de cobertura.
La probabilidad de nuevos brotes dependerá de diversos factores. Los y las investigadoras enfatizan en puntos como la circulación de variantes más contagiosas, la baja esperable de efectividad de las vacunas en el tiempo (y decaimiento de curvas de anticuerpos) y el clima invernal. No obstante, el llamado es a “continuar con la vacunación y mantener las medidas de cuidado: respetar aforos, distancia, mascarilla, ventilación, lavado de manos, testearse rápidamente ante síntomas y comunicar todos los contactos a la Seremi. Esto permitirá cortar futuros brotes”, se lee en el reporte.
Por último, respecto a la mortalidad por COVID-19 en los distintos grupos de edad, el informe especifica que el máximo de muertes semanales por COVID-19 se produjo en la primera gran ola nacional, durante la primera semana de junio de 2020. «El segundo gran peak se produjo recientemente, a fines de junio de 2021, casi un año después. Consistentemente, como es característico de este virus, el mayor número de muertes se ha producido en adultos mayores de 70 años durante toda la pandemia», señalan.
Articulación de las universidades por la transparencia de la información
ICOVID Chile reúne a investigadores e investigadoras de las universidades de Chile, Católica y de Concepción, en un trabajo articulado y colaborativo.
«Cumplimos un año de un trabajo que reúne a personas de tres instituciones y distintas disciplinas con el objetivo de servir al país en un contexto de pandemia. Una experiencia de colaboración donde nos hemos conocido, creando confianzas para definir indicadores y hacer su seguimiento en el tiempo, con análisis que puedan entregar información clara y oportuna a la comunidad», señaló Andrea Rodríguez, vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Concepción.
Para Guillermo Marshall, prorrector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, “una de las cosas más importantes que instaló ICOVID Chile cuando se lanzó es la credibilidad de las cifras de la Pandemia. Hasta ese entonces había desconfianza y desconocimiento de los indicadores más importantes». A esto, agregó, «el proyecto ICOVID Chile mostró que es posible que las universidades trabajen junto al Estado en solucionar grandes problemas que aquejan a la sociedad y nuestro país. Puede ser este un ejemplo de colaboración para otros desafíos».
Finalmente, Alejandro Jofré, prorrector de la Universidad de Chile, destacó que la experiencia de la iniciativa ICOVID Chile, “muestra que es imprescindible contar con datos claves, que permitan un análisis oportuno para el manejo de esta pandemia y el diseño de buenas políticas. Y, también, que dicho análisis se enriquece y robustece cuando se realiza en colaboración institucional, como el que llevamos adelante la U. de Chile, PUC y U. de Concepción, con el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.
Asimismo, expresó que “como fruto de este esfuerzo mancomunado, lanzamos hoy un informe especial que busca analizar el último año de la pandemia, enfatizando diversos hitos en las dimensiones más relevantes. Esperamos que pueda constituirse en un aporte para la formulación de aquellas preguntas y el ensayo de respuestas que nos ayuden a enfrentar en conjunto los futuros desafíos del país y de la región, en el ámbito de la salud y también en otras áreas, siempre en una actitud de cooperación”.
Fuente:https://www.uestatales.cl/cue/?q=node/9178