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Con el apoyo del Centro Diurno Referencial para Personas Mayores de la Universidad de Magallanes (UMAG), se dieron cita, en modalidad virtual, tres colectivas de adultas mayores, quienes buscan visibilizar la realidad de las mujeres de la tercera edad y acabar con el edadismo que afirman las limita a poder desarrollarse plenamente en la sociedad.

Compartiendo sus experiencias y saberes en el tránsito de y hacia la vejez en los tiempos actuales, las organizaciones de mujeres mayores “Matriarcas Australes” (Punta Arenas, Chile), “Lideresas de Villaverde” (España) y “La Revolución de las Viejas” (Argentina), se unieron, este martes, en un conversatorio online a través del cual llamaron a sus pares y los demás actores de la sociedad a “reivindicar las vejeces femeninas” como una manera de visibilizar las necesidades particulares que viven como grupo etario en el día a día y el entrecruce de discriminaciones que también sufren a lo largo de la vida.

La actividad, impulsada desde Magallanes por la agrupación “Matriarcas Australes” en colaboración con la UMAG a través del Centro Diurno Referencial para Personas Mayores (CDR), contó con la participación activa de la Red Gerofeminista Latinoamericana, en cuyas profesionales recayó la tarea de moderar el diálogo y estructurarlo en tres ejes temáticos, los cuales fueron: Discriminación, Sexualidad y Cuidados. De esta forma, las integrantes de cada colectividad expusieron sus pensamientos, sentires, demandas y reflexiones en torno al hecho de ser mujer y sobre todo, mientras se va envejeciendo.

Paola Fernández, directora del CDR UMAG, afirmó que este encuentro apunta a promover los espacios de discusión y reflexión en estos temas, poniendo de relieve la importancia de agruparse y colocarlos en la agenda pública, dadas las estigmatizaciones, estereotipos y otras vulneraciones a las que se ven expuestas las mujeres en la tercera edad. En la misma línea, la directora de Género, Equidad y Diversidad de la UMAG, Sintia Orellana, planteó que “el feminismo tiene una deuda histórica con la tercera edad” por lo que, a su juicio, ya es hora de hacer ver y terminar con las múltiples discriminaciones que sufren las mujeres mayores, como son las lagunas previsionales, la violencia, el mal trato y el trabajo informal, entre otros.

 

Fin al edadismo

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, que define el edadismo como “los estereotipos, los prejuicios y la discriminación contra las personas debido a su edad”, una de cada seis personas mayores ha reconocido haber sido objeto de este tipo de exclusión, siendo considerada, a nivel mundial, la tercera gran forma de discriminación después del racismo y el sexismo.

Ésta, de acuerdo a la conversación que sostuvieron las representantes de estas tres organizaciones y las más de doscientas personas que participaron en directo de la actividad a través de YouTube, es el problema transversal que aqueja su modo de vivir y que, a raíz de ello, buscan darle una vuelta, acabando con el prejuicio de la edad y sus desencadenantes en la vida en sociedad.

“Como mujeres hemos sido educadas en la vergüenza”, plantea Carmen Martin de las Lideresas de VillaVerde aprontándose a hablar de sexualidad. Y es que, a su juicio, y pese a esta socialización, “el hecho de envejecer no significa perder la sexualidad y menos tener que callarnos el tratar estos temas, porque aún hoy sigue siendo tabú”. “Tenemos que soltar esos lastres”, añade, haciendo un llamado a evitar el pudor que les fue impuesto en esta cultura patriarcal, visibilizando, por ejemplo, temas como la masturbación femenina.

Adolfina Miquio de las Matriarcas Australes, en tanto, se centra en la discriminación tomando nota de todo aquello a lo que se enfrenta y ve en lo cotidiano: “sueldos más bajos por reducción de jornada en la crianza de las y los hijos, el infantilizar a las personas mayores, decirles que no son capaces, que no son aptas para la tecnología, la soledad, el mal trato y el edadismo para maternar, a lo que se suman los cuidados no remunerados y la baja protección social que tenemos las mujeres”, comentó.

“Por ello, adherimos, plenamente al gerofeminismo”, añadió su compañera Sylvia Ovando, quien recordando la reivindicación de las vejeces femeninas sostuvo que “hay que corregir el lenguaje que nos menoscaba en todos los espacios, la palabra vieja no es para indicar que somos inservibles y que no podemos valernos por nosotras mismas. Queremos hacer ver también que no todas las vejeces son iguales porque tiene que ver con nuestra historia personal y social, haciendo desaparecer los estereotipos que nos cuelgan: que somos enfermas, que somos frágiles, que tenemos problemas de memoria, que no podemos aprender cosas nuevas… así queremos acercar a los no mayores a nuestra realidad”.

La audiencia conformada por diversas agrupaciones y mujeres mayores de Chile y Latinoamérica agradeció la oportunidad a la organización y felicitó las intervenciones de cada una de las representantes chilenas, argentinas y españolas que participaron para visibilizar la realidad de las adultas mayores en la actualidad.