Los creadores del proyecto “Libro bilingüe de Fábulas para niños y niñas de hoy”, ajustan los últimos detalles para el lanzamiento de la obra que espera llegar a establecimientos educacionales públicos del Biobío y Ñuble.
A un año de adjudicado el proyecto de la edición bilingüe, su líder y director del Programa del Centro de Idiomas de la Universidad del Bío-Bío, Gabriel Cabezas afirmó que para esta oportunidad “la idea siempre fue hacer un libro colaborativo”, sumándose la versatilidad de la escritura, edición y traducción del texto más las “diferentes visiones y técnicas de sus ilustradores”, dijo.
Para la autora y profesora de ciencias y bióloga marina en Talcahuano, Lesly Valenzuela, fue un trabajo de introspección y autoanálisis que sumó experiencias de estudiantes en formación, fusionado a experiencias propias como el acompañamiento en el camino de la autovaloración o situaciones. “Un día mi hijo menor y unas amiguitas me preguntaron por qué una vecina tenía dos mamás, entonces nació una historia que relata sobre familias “diferentes” que merecen respeto e inclusión”, afirmó.
Así, los escritos hechos pasaron a manos del académico en literatura, Juan Pablo Amaya, cuya primera impresión fue “de goce y alegría porque disfruté la lectura de los cuentos” expresó, y agregó que “era una reflexión interesante de cómo la convivencia humana se puede nutrir de la experiencia de animales e insectos” ya que “las particularidades de la convivencia que ellos tienen son un aporte a nuestra reflexión cotidiana hoy” afirmó. En tanto, decidió mantener los contenidos y cambiar solo algunas estructuras gramaticales para llegar a un lector transversal.
Colores que dan vida
Posterior a la edición en español por el profesor Amaya, y al otro idioma por el profesor Cabezas, el docente de inglés se sumó al trabajo como ilustrador para uno de los relatos agregando su estilo caracterizado por trazos gruesos y colores planos en una paleta que resalta a los personajes simplificados en inspiraciones realistas, con un sello personalizado al igual que el resto de sus ilustradores del equipo integrado por Paulina Jara, Edgardo Cifuentes y Jorge Roa.
La arquitecta Paulina inspirada en los humedales eligió colores marrones y verdosos para el trabajo, ya que ahí “se encuentran el agua y la tierra y quise capturar la armonía de ello, de la atmósfera envolvente de estos espacios únicos que con su vegetación te abraza y te sumerge”, expresó.
Por su parte, Edgardo tomó «los barrios porque me gusta representar las variadas formas que tienen las familias y de su vivir, sus necesidades y eso está representado en la imagen”, afirmó complementando con el movimiento y la acuarela en amarillos ocre donde busca “la hora más alegre para mi, para salir a jugar, donde no hace tanto calor, hay sol y se puede salir tranquilamente”, dijo.
La escritura y los relatos
Otro aspecto apunta a aquello que buscaron retratar como equipo desde sus individualidades. Para Edgardo “escribir cuentos de cosas que ocurren en lugares cercanos como el cuento que a mi me tocó ilustrar, con animales reconocibles para nuestra experiencia es valioso”.
Para Paulina fue “importante que se brinden historias que buscan educar a las nuevas generaciones y derribar arraigados estereotipos” apuntando a “recortar las brechas de género y fomentar el respeto y que la equidad se convierta en una prioridad educativa”, dijo.
Por su parte, Gabriel sostuvo que “a pesar de ser diferentes tenemos en común nuestra identidad regional”, dijo, y agregó que “como padre, educador y lector, espero que sirva para conversar en colegios y en hogares de temas importantes en la vida de los niños y niñas”, indicó apuntando a valorar el hecho de conocer un segundo idioma y la variedad de expresiones artísticas plasmadas en la obra que será impresa a finales del 2023 gracias al financiamiento del proyecto total por parte de la Dirección de investigación y Creación Artística de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado de la Universidad del Bío-Bío.
Fuente: Universidad del Bio-Bío
Texto original de: Stephanie Morris