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Se trata de Virolens, un dispositivo distinto al examen de PCR o a los test de antígenos que permite detectar la presencia del virus del SARS-CoV-2 en muestras de saliva sublingual mediante un microscopio holográfico que emplea un software de análisis con inteligencia artificial. Su efectividad comenzó a ser evaluada simultáneamente en una decena de países y los resultados estarán listos a fines de febrero.

Un equipo de médicos e investigadores de la Universidad de Valparaíso y del Hospital de Quilpué inició esta semana un inédito estudio clínico a nivel nacional para validar la sensibilidad y especificidad de una nueva e innovadora prueba diagnóstica diseñada para confirmar un contagio de COVID-19 en apenas veinte segundos.

Se trata del dispositivo Virolens, desarrollado por la firma británica i-Abra, cuya tecnología es diferente al examen de PCR o a los test de antígenos que se aplican en la actualidad y que es capaz de detectar la presencia de la infección por SARS-CoV-2 mediante una simple muestra de saliva extraída bajo la lengua y que luego es analizada a través de un microscopio holográfico, utilizando un software con inteligencia artificial.

“Esta revolucionaria prueba no invasiva ha sido desarrollada especialmente para determinar la presencia de virus vivos, en particular el que produce esta enfermedad, mediante la captura y análisis de imágenes extraídas de la muestra salival de una persona, la que después se procesa de manera automática con un programa que se ejecuta en una computadora con un módulo de inteligencia artificial”, explicó el investigador responsable del estudio y director del Centro de Diagnóstico e investigación de Enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso (CDIEI-UV), el médico infectólogo Rodrigo Cruz.

Estudio de campo

Para contar con un análisis amplio y estadísticamente representativo de la efectividad de este nuevo dispositivo, Key Options -entidad que representa a la firma británica i-Abra en Latinoamérica y el Caribe- decidió seleccionar a instituciones médicas y científicas de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Bermuda, Medio Oriente, Brasil y Chile.

A nivel nacional, el estudio de campo será supervisado por el CDIEI de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso y se realizará en el Hospital de Quilpué. Este considera la aplicación de esta prueba automatizada rápida a 600 individuos sintomáticos y asintomáticos de la población general que previamente se hayan realizado un examen de PCR para diagnóstico de COVID-19.

Según precisó el doctor Cruz, los objetivos de este estudio son determinar la sensibilidad y especificidad del equipo Virolens para la detección de SARS-CoV-2 (en contraste con la metodología gold standard que se aplica en los PCR), determinar la carga viral de las muestras positivas y establecer la eventual presencia de variantes en aquellas muestras positivas.

“A cada uno de los individuos seleccionados se les extraerá una muestra de saliva sublingual con un hisopo, técnica no invasiva, que es mucho más rápida y menos incómoda que la que emplea una torula nasofaríngea. Una vez obtenidas, estas muestras serán procesadas en el laboratorio de biología molecular del Hospital de Quilpué. Nuestra meta es obtener una sensibilidad de 90% o más para esta prueba, lo que implicaría un alto grado de efectividad diagnóstica”, dijo el médico infectólogo.

Ventajas

La pandemia por SARS-CoV -2 ha provocado millones de muertes en el mundo y casi 40 mil en Chile. El diagnóstico de los casos se ha centrado principalmente en la detección del RNA viral mediante la reacción de polimerasa en cadena (PCR) desde muestras de hisopado nasofaríngeo.

Sin embargo, en opinión del director del CDIEI-UV esta técnica tiene un costo alto y su tiempo de latencia para el resultado es de varias horas, lo que ha complicado la entrega oportuna del resultado y el poder realizar una trazabilidad de los contactos estrechos para así poder contener oportunamente esta pandemia.

“La búsqueda de técnicas diagnósticas con resultados rápidos (de segundos), como la desarrollada por Virolens, podría ayudar a un mejor control de la pandemia y mejorar la trazabilidad, considerando escenarios como aeropuertos, espectáculos masivos o búsqueda activa en recintos, donde se podrían tomar medidas mucho más oportunas para evitar la diseminación de este u otros agentes en el futuro. El estudio debiera finalizar a fines de febrero a más tardar y, de ser positivo, la idea que tenemos es presentar los resultados ante el ISP para que éste pueda autorizar su aplicación, al menos en modo de emergencia, a partir de marzo”, concluyó el doctor Rodrigo Cruz.

En el estudio también participan los investigadores de la Escuela de Ingeniería en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Valparaíso Stéren Chabert y Rodrigo Salas, y los especialistas del Hospital de Quilpué Camila Navarro y Adrian Goecke.

 

Fuente: https://www.uestatales.cl/cue/?q=node/9409