La Universidad de Los Lagos avanza en la creación de un snack saludable y sostenible a base de cochayuyo. Esta iniciativa de investigación aplicada busca mejorar la alimentación y abrir oportunidades de mercado para los productores locales.
Transformar un recurso natural ampliamente disponible en las costas de Chile y la región, como es el cochayuyo (Durvillaea incurvata), en un alimento saludable, accesible y de buen sabor, es uno de los objetivos de dos proyectos de investigación desarrollados por la Universidad de Los Lagos.
La propuesta de producir tortillas horneadas tipo «snack» saludables ya ha alcanzado la etapa de evaluación sensorial (degustación) entre escolares de distintos establecimientos educacionales de la Región de Los Lagos. En esta ocasión, los estudiantes de séptimo básico y segundo medio del Liceo Las Quemas participaron en una sesión de prueba del producto, acompañados por su profesorado y directivos del establecimiento, representantes de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), así como autoridades e investigadores de la Universidad de Los Lagos.
La encargada del programa de Alimentación de JUNAEB, Karin Burgos, destacó la relevancia de realizar pruebas de aceptabilidad del producto entre los menores. “Es un producto sano, nutritivo y, aunque ya tenemos el cochayuyo incluido en las minutas de alimentación de los establecimientos educacionales, este formato es muy innovador. Además, el hecho de que el cochayuyo se coseche de praderas naturales de la región y se pueda cultivar, fomenta una relación virtuosa con los productores locales”, comentó Burgos.
Por su parte, Juan Manuel Gómez, director del Liceo Las Quemas, valoró la iniciativa de promover alimentos saludables entre los escolares. “Es una experiencia muy interesante, ya que es importante contar con la opinión de los niños y niñas”, expresó.
Investigación y transferencia tecnológica
La creación de alimentos saludables a base de cochayuyo se fundamenta en dos proyectos de investigación liderados por el doctor Alfonso Gutiérrez, con la académica Lucía de La Fuente como directora alterna, en colaboración con el ingeniero en alimentos Luis Ríos y el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) como institución asociada.
El primero de estos proyectos, titulado “Desarrollo de bases nutricionales y nuevos formatos de comercialización para incentivar el consumo de cochayuyo: beneficios para la salud y el bienestar de la población humana”, fue adjudicado en el Concurso Interno de Investigación en Ciencia Aplicada de la Universidad de Los Lagos.
Paralelamente, se ejecutó un segundo proyecto financiado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), que tiene como objetivo “Identificar ecotipos de D. incurvata con características biomoleculares de interés comercial en poblaciones naturales del sur de Chile, para agregar valor a la biomasa cultivada en hatchery y en el mar, prospectando la generación de productos elaborados”.
Alfonso Gutiérrez, director del proyecto, explicó que “uno de los principales desafíos ha sido no sólo identificar las propiedades biomoleculares del cochayuyo, sino también convertirlo en un producto atractivo para el consumidor».
Estamos convencidos de que este snack no solo aportará beneficios nutricionales, sino que también abrirá nuevas oportunidades de mercado para los productores locales. Al integrar innovación alimentaria con los recursos naturales de nuestra región, fomentando una economía circular que fortalece tanto la ciencia como el desarrollo sostenible.
Por su parte, Lucía de La Fuente destacó la importancia de las pruebas de aceptabilidad entre escolares para lograr el objetivo del proyecto. “Este es un primer acercamiento, porque para nosotros es crucial realizar todas las mejoras necesarias”, comentó.
En línea con el avance del proyecto, Marcos Hernández, director de Innovación y Transferencia Tecnológica de la Universidad de Los Lagos, comentó que esta iniciativa es un claro ejemplo de cómo la ULagos puede impactar positivamente en el entorno, por medio de sus actividades de investigación aplicada.
Hoy nos encontramos junto al equipo investigador definiendo las siguientes etapas en el desarrollo, lo que permitirá asegurar la transferencia de esta tecnología a potenciales interesados, en especial, a aquellas empresas que desarrollan nuevos productos innovadores y que aprovechan recursos propios de nuestro territorio, enfatizó Hernández.
Nota de ULagos.