En la Universidad de Playa Ancha se presentó la plataforma ANTECO, un archivo inédito que reconstruye las experiencias teatrales vividas en centros de detención política entre 1973 y 1976, durante los primeros años de la dictadura en Chile.
En la Biblioteca Central de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), se realizó el lanzamiento de la plataforma digital ANTECO, Archivo Nacional del Teatro Concentracionario, que documenta las actividades teatrales realizadas en siete campos de concentración chilenos durante la dictadura militar. El proyecto fue desarrollado por Corentin Rostollan-Sinet, investigador de la Universidad de Chile, y Lorena Saavedra González, académica UPLA.
A través de entrevistas, fotografías, bocetos y documentos inéditos, ANTECO reconstruye las expresiones artísticas de hombres y mujeres que, en medio de la represión, utilizaron el teatro como forma de resistencia, cohesión emocional y preservación de la humanidad.

Teatro autorizado: una singularidad chilena
Una de las particularidades que destacan los investigadores es que el teatro realizado en estos recintos de detención no era clandestino, como ocurrió en campos de concentración nazis o soviéticos, sino autorizado por el mando militar chileno en distintos centros como Pisagua, Chacabuco, Ritoque, Melinka-Puchuncaví, Tres Álamos e Isla Dawson.
Esta es una diferencia notable porque esto significa que no es clandestino, sino una práctica autorizada, visible, semipública para el mando militar, expresó el investigador principal, Corentin Rostollan-Sinet.
Asimismo, otro elemento de interés es cómo, con campos distantes entre sí con Pisagua en la región de Tarapacá, Chacabuco en la región de Antofagasta e Isla Dawson en la región de Magallanes, estas prácticas surgen casi simultáneamente.
Esto obedece a una serie de factores que uno de ellos, creemos, está relacionado con la relevancia que tuvo el arte y la cultura durante los gobiernos populares en Chile, especialmente, durante la presidencia de Salvador Allende, cuando las expresiones artísticas formaban parte de la vida cotidiana de hombres y mujeres independientemente de su clase social, señaló Saavedra González.
Arte y resistencia en prisión: memoria viva
En lugares como Tres Álamos, donde se recluyó exclusivamente a mujeres, el teatro adquirió un rol terapéutico y comunitario. Las detenidas, muchas de ellas embarazadas o con hijos pequeños, encontraron en las artes escénicas una forma de contención ante la violencia política-sexual y la incertidumbre del encierro.
Podría decirse que, en el caso de las mujeres, la función social y emocional adquiría un peso más relevante, más destacado, y esto se infiere tanto por las formas específicas de violencia que sufrieron las mujeres, violencia política sexual entre una de ellas, como la convivencia con niñas, niños y mujeres embarazadas en esos recintos, lo que implicaba la necesidad de mantener un estado anímico más equilibrado para poder acompañar y cuidar a los más pequeños, afirmó la académica UPLA.
El archivo ANTECO no solo permite acceder a testimonios y documentos valiosos, sino que abre una ventana a una parte de la historia cultural del país que ha sido poco explorada. Financiado por el Fondo de Desarrollo de las Artes Escénicas del Ministerio de las Culturas, el proyecto aporta a la memoria histórica y al reconocimiento del arte como resistencia en contextos de represión.

Lorena Saavedra González (UPLA) y Corentin Rostollan-Sinet (UCH).
Fuente: Vicerrectoría de Investigación, Postgrado e Innovación. Universidad de Playa Ancha.
Nota original: https://www.upla.cl/investigacion/2025/05/09/anteco-teatroconcentracionario-upla/
Foto portada: Teatro Experimental Chacabuco
Foto lanzamiento: Daniela Olivares, periodista de Sala de Arte Escénico UPLA.
