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· Directora de Salud Pública de la Universidad de Talca se refirió a la relevancia de los determinantes sociales en la vulnerabilidad ante las enfermedades.

· “Necesitamos mayor control de las autoridades en estas faenas agrícolas donde hay una gran aglomeración y donde no se guardan las precauciones ya establecidas por las autoridades sanitarias para detener la cadena de transmisión del virus”, afirmó la epidemióloga Erika Retamal.

 

 

Un llamado a las autoridades y a los empleadores a poner cuidado en las condiciones de los trabajadores agrícolas para evitar la transmisión del COVID-19, hizo la directora de Salud Pública de la Universidad de Talca, Erika Retamal. La salubrista enfatizó los determinantes sociales, aspecto relevante a considerar para poner atajo a la enfermedad en el país.

La experta indicó que la pandemia ha develado cómo el fenómeno salud y enfermedad no es al azar, y que la vulnerabilidad está condicionada por varios factores. “La responsabilidad que le compete a las autoridades -tanto del trabajo como sanitaria- para favorecer la salud de las personas que trabajan es fundamental. Pero también es cierto que existe una responsabilidad de los empleadores, a quienes hay que hacer un llamado para que cumplan con su responsabilidad, social y legal”, precisó.

La académica de la casa de estudios maulina sostuvo que las condiciones en las que se desarrolla dicha actividad influirán en la mayor o menor exposición de estos trabajadores. “Si tenemos a los trabadores o trabajadoras de faenas agrícolas en lugares donde es imposible mantener la distancia social, en donde no hay facilidades para el adecuado lavado de manos o el uso alcohol gel, en caso de no tener agua y jabón, claramente habrá una mayor vulnerabilidad al virus”, resaltó.

La docente y epidemióloga añadió que se necesita una mayor supervisión de dichos sitios de trabajo, lugares -dijo- en que ya se han reportado focos de contagio. “Necesitamos mayor control de las autoridades en estas faenas agrícolas donde hay una gran aglomeración y donde no se guardan las precauciones ya establecidas por las autoridades sanitarias para detener la cadena de transmisión del virus”, agregó.

Indicó que es evidente el aumento en las cifras en regiones como el Maule, lo que no solo se puede atribuir a las compras de fin de año o la movilidad, sino a factores como el aumento de comercio informal y las faenas agrícolas. “También influye la manera en cómo trasladan a estos trabajadores, muchas veces no se respetan en estos viajes la distancia mínima aceptable para evitar la propagación del virus, entonces esta movilidad interregional hay que ponerle freno para evitar la transmisión”, precisó.

“Tanto la informalidad en el tipo de contrato que tienen estos trabajadores, en los cuales muchas veces no están claros sus beneficios de seguridad social, como en las condiciones donde este trabajo se va a desarrollar, en el cual no hay las suficientes medidas de seguridad, claramente van a repercutir en la mayor exposición al virus, no solamente en el caso particular del COVID-19, sino que en una serie de otras afecciones y enfermedades que éstos pudiesen tener, es por eso que el trabajo -desde siempre- es un importante determinante de las condiciones de salud de los y las trabajadoras”, recalcó la salubrista.