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Desde su época escolar que la joven magallánica Catalina Vargas ha sentido curiosidad por el mundo de los insectos. Ello la llevó a que, terminando su enseñanza media y a través de su profesora de Biología, tomara contacto con el Laboratorio de Entomología de la Universidad de Magallanes a fin de aproximarse un poco más a esta rama científica que, de a poco, le despertaba un creciente interés.

 

En este lugar la esperaba el académico e investigador Eduardo Fáundez, quien, junto a la científica Mariom Carvajal, le mostraron el trabajo del Laboratorio de Entomología más austral y, a su vez, el gran campo de estudio que significa esta disciplina, por los millones de especies existentes en el globo, muchas de las cuales aún no han sido descritas todavía.

De esta forma, Catalina definió lo que quería ser, y aunque por motivos de fuerza mayor no pudo cumplir el sueño de formarse como bióloga en Concepción, apostó por continuar sus estudios superiores formales en la UMAG, ingresando a Biología Marina, donde hoy cursa su segundo año, y donde el profesor Faúndez, es su docente en la asignatura de Zoología.

Y dado que su trabajo y colaboración en el Laboratorio fue constante -lo que se mantiene hasta los días de hoy- ambos investigadores la invitaron a ser parte de un artículo científico en el que participó como autora principal y cuyos resultados se publicaron en la revista española Graellsia, indexada en Scopus. “Yo me encargué de hacer el “paper”, y para eso tuve que leer archivos, redactar y así sacar la publicación que también estuvo en un Congreso Internacional en formato digital.  Desde el año pasado que estábamos con este trabajo y por fin salió”, comentó la estudiante.

¿De qué trata el estudio? Catalina contó que del análisis de un ejemplar de Melanaethus spinolae y su primer registro en Chile Insular, en este caso, Isla de Pascua. Se trata de una chinche correspondiente a la familia Cydnidae (Hemiptera: Heteroptera) que amplía su distribución a esta isla oceánica y del cual se obtienen los últimos registros en 1898, en Valparaíso. “Nos planteamos la interrogante de cómo puede haber llegado ahí porque es una isla, y el turismo sería el principal factor o lo más cercano, y eso lo planteamos en la publicación”, señaló.

 

La investigación desde el pregrado

Una de las ventajas que ve el investigador y entomólogo, Eduardo Fáundez en la incursión temprana de las y los alumnos en estos temas, es dar realce a la investigación científica sea en el área que sea.

«Es muy importante y parte de mi filosofía motivar a los alumnos a publicar tempranamente, siento que les ayuda de gran manera a motivarse y entender un poco mejor lo que están estudiando y como finalmente pueden aplicar lo que van aprendiendo en distintas asignaturas”, sostiene. Y agrega que “en el caso de Catalina para nosotros como laboratorio ha sido muy motivante tenerla, ya que es muy entusiasta y ha demostrado mucha pasión y disciplina y gran capacidad para trabajar, lo cual facilita mucho las cosas”.

Para Catalina, en tanto, se trata de un logro importante que “me abre muchas puertas para mi futuro y me hace sentir importante cuando los propios profesores lo reconocen ya que de a poco voy sumando al currículo”. Según manifiesta “a mí me encanta la investigación y pretendo seguir avanzando. Pienso que la entomología es un área muy poco estudiada y hay muy pocas mujeres, así que feliz”.